Microbiota, disbiosis y SIBO

Antes se llamaba flora bacteriana, ahora la llamamos Microbiota Intestinal y es el conjunto de microorganismos, no sólo bacterias, también hongos, arqueas, virus y parásitos que residen en nuestro intestino y que todos juntos se estima que llegan a pesar entre 1-2kg. También hay microbiota en la piel o en la vagina, pero la más compleja, diversa y numerosa es la del intestino, concretamente en el intestino grueso. Esta microbiota intestinal nos ayuda con la digestión de alimentos, la producción de vitaminas y la protección contra microorganismos patógenos. Mira el vídeo en YouTube.

Esta relación íntima con nuestro cuerpo es una simbiosis imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, que mantiene un importante diálogo con nuestro sistema inmunitario y condiciona positivamente nuestra salud. 

Tu dieta da forma a la microbiota intestinal, y se podría decir “dime qué comes y te diré qué composición tienes”. Pues bien, las personas con una buena alimentación tendrán un perfil menos inflamatorio y mayor diversidad/riqueza microbiana.

Se ha considerado a la microbiota como un «órgano» imprescindible para la vida y con influencia en la salud y la enfermedad por su capacidad metabólica y creando la identidad de cada individuo. En función de tu genética, tu alimentación e interacción con el medio ambiente, la microbiota tiene una composición única para ti y se vuelve un sello de identidad personal. 

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Pero, ¿puede enfermar esta microbiota?¿Puede malfuncionar?

Pues sí, un cambio en la composición de la microbiota va a producir alteraciones en tu día a día. Muchas enfermedades se relacionan con un cambio en la microbiota: obesidad, diabetes, cáncer, trastornos neurológicos como la depresión, autismo, ansiedad, Parkinson… No quiero alamar a nadie nombrando estas enfermedades, ya que sólo se ha establecido una relación, nadie dice que un cambio en la composición de la microbiota sea la única causa ni que restableciendo la microbiota, se cure ninguna enfermedad. 

Una de las alteraciones que puede sufrir la microbiota es un desequilibrio en la composición y función de la microbiota intestinal y lo llamamos disbiosis.

Otra alteración muy frecuente es el sobrecrecimiento de bacterias ocupando parte del intestino delgado. Es el famoso SIBO

Causas de la disbiosis

  • el uso excesivo de antibióticos, 
  • una dieta pobre en fibra y alta en grasas, 
  • un consumo regular de alimentos procesados y azúcares refinados, 
  • el estrés crónico, 
  • la falta de sueño, 
  • cambios hormonales
  • enfermedades como el sd. Del intestino irritable, la enfermedad celíaca
  • infecciones intestinales
  • sedentarismo
  • alcohol y tabaco, etc. 

Sabemos que hay genes que pueden influir en la composición y función de la microbiota intestinal, y esto explicaría porque ante el mismo estilo de vida, unas personas experimentarán unas molestias y otras no. 

¿Qué problemas ocasionaría una disbiosis intestinal en personas sanas?

Las molestias más comunes incluyen:

  • Problemas digestivos como diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, hinchazón, gases y acidez estomacal.
  • Una microbiota intestinal desequilibrada puede afectar la capacidad del intestino para procesar ciertos alimentos y puede aumentar el riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
  • Problemas de piel: acné, rosácea, eczema y psoriasis.
  • Problemas de sueño: insomnio o somnolencia excesiva. La falta de sueño, a su vez, alimentará la disbiosis. 
  • Afectación del estado de ánimo, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.
  • Una bajada de defensas aumentando el riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunitarias.

Es importante identificar y tratar la disbiosis intestinal para prevenir problemas de salud a largo plazo.

¿Cómo se trata una disbiosis?

Lo primero de todo, es tratar la causa subyacente si la hay. Tratar la infección con antibióticos o antiparasitarios.

Lo segundo, es hacer cambios radicales en la dieta para ir a una dieta rica en fibra, alimentos fermentados (chucrut, kéfir, yogur o kimchi) y evitar el consumo de alimentos procesados, azúcares refinados, alimentos grasos y alérgenos alimentarios.

Una vez hecho lo fundamental, te sugiero:

  • Un buen tratamiento con buenos probióticos que sean específicos para repoblar la microbiota intestinal con bacterias beneficiosas. No me refiero a comprar probióticos en la farmacia, me refiero a tratar con diferentes probióticos de alta calidad el problema concreto. Estos tratamientos pueden durar de 3 a 6 meses. Los probióticos son microorganismos vivos en cantidades suficientes para mejorar aún más nuestra salud.
  • Reduce el estrés como puedas, la meditación y el yoga son muy accesibles.
  • Haz un uso prudente de los antibióticos y siempre bajo prescripción médica. 
  • El uso de probióticos es una alternativa cada vez más empleada para regular y restaurar la microbiota bacteriana normal con fines preventivos, terapéuticos o nutricionales.

¿Son lo mismo disbiosis y SIBO?

SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado) y disbiosis son dos condiciones diferentes relacionadas con el desequilibrio de la microbiota intestinal, pero no son lo mismo.

El SIBO es una condición en la cual hay un exceso de bacterias en el intestino delgado, una zona del tracto gastrointestinal que normalmente tiene pocas bacterias. Las bacterias se han reproducido en cantidad y migran hacia arriba, desde el colon hacia el intestino delgado y allí proliferan.

Los problemas del SIBO

  • dolor abdominal, 
  • diarrea, 
  • flatulencia o eructos, 
  • hinchazón y distensión abdominal
  • Indigestión
  • deficiencias nutricionales. 

El SIBO puede ser causado por diversos factores, como la disfunción motora del intestino, el uso prolongado de antibióticos y otros fármacos, la enfermedad de Crohn, el síndrome del intestino irritable y divertículos entre otros. Es más frecuente en mujeres y en personas que han requerido de más medicación (antibióticos, omeprazol…) y en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, el hipotiroidismo, hígado graso o la rosácea. 

¿Por qué tenemos este tipo de síntomas ante un SIBO?

Pues porque al haber más bacterias, fermentan más los hidratos, produciendo más gas y agua. 

Hay más descomposición de nuestra bilis y no se absorven tantas vitaminas liposolubles (como la Vitamina D).

Estas bacterias consumen más y nos privan de absorver todo lo que deberíamos.

Alteran la absorción de hidratos de carbono y pensamos que no los toleramos.

Provocan inflamación intestinal y aumentan la permeabilidad intestinal, permitiendo que penetren en la sangre, moléculas que antes no podían entrar. Así generamos alergias alimentarias.

¿Hay alguna herramienta diagnóstica para el SIBO, o sólo nos basamos por los síntomas?

Sí, tenemos los tests del aliento, que detectan metano o hidrógeno en el aliento. Las bacterias del SIBO generan estos gases al metabolizar los hidratos de la dieta. Pero desgraciadamente, estos tests no son todo lo fiables que querríamos y tienen una elevada prevalencia de falsos positivos. Debes siempre utilizarlos con supervisión médica para interpretarlos bien.

Tratamiento del SIBO

El primer escalón que te propongo es que incluyas en tu dieta alimentos ricos en fibra y reduzcas carbohidratos fermentables (FODMAPs) ya que son difíciles de digerir y pueden causarte los síntomas gastrointestinales que te comentaba anteriormente. Pero atención, no se recomienda seguir una dieta baja en FODMAPs a largo plazo, ya que puede reducir la diversidad de la microbiota intestinal y limitar la ingesta de nutrientes esenciales.

Segundo, probióticos. No puedo entender que no sea el tratamiento de elección. Me refiero siempre a los probióticos que tienen demostrados científicamente los efectos deseados sobre la salud. Éstos deben ser de origen humano y de IV generación, que resisten el ácido gástrico y llegan perfectamente en el intestino. Si cumplen estas características, facilitarán la digestión, mejorarán la función de barrera intestinal y ayudarán a producir metabolitos interesantes como vitaminas o ácidos grasos de cadena corta. 

Si aún con estas dos primeras opciones, no hay mejoría, es lícito probar con los antibióticos. Aquí el sentido es reducir la cantidad de bacterias, ya que estamos tratando un sobrecrecimiento, pero os recuerdo que los antibióticos, lo matan todo: bacterias patógenas pero también las de nuestra microbiota habitual. 

Existen recurrencias del SIBO y prevenirlos con un buen estilo de vida y uso de probióticos será clave en el tratamiento a largo plazo. 

Por último, quiero insistir en que el tratamiento del SIBO y de la disbiosis debe ser individualizado y supervisado por un profesional de la salud.

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