¿Sientes pesadez en las piernas, las notas hinchadas y te duelen al tocarlas? Si, a pesar de ponerte a dieta y adelgazar en otras zonas del cuerpo, no consigues perder volumen en las piernas y te sientes frustrada, es posible que tu problema sea el lipedema.
El acúmulo localizado y desproporcionado de volumen en la mitad inferior del cuerpo es una patología relativamente frecuente entre las mujeres. De hecho, se estima que hasta el 20% la población femenina, lo sufre como consecuencia de dos patologías, el lipedema y el linfedema.
¿Qué es el lipedema?
El lipedema es una patología crónica del tejido adiposo. Consiste en la inflamación y proliferación de células grasas que se da generalmente en la zona de los muslos y caderas, aunque en otras ocasiones comienza en la zona comprendida entre la rodilla y el tobillo.
El gran problema de esta proliferación de adipocitos (células de grasa) es que, a medida que la enfermedad avanza, se va produciendo por compresión, una situación de insuficiente vascularización y drenaje venoso y linfático. Esto a su vez conlleva una hipoxia tisular, es decir llega poco oxígeno a las células, lo que a su vez hace aumentar la inflamación de la zona, convirtiéndose en un círculo vicioso muy complicado de resolver.
Además, con el aumento de los adipocitos y de su tamaño, queda menos espacio físico para el desarrollo de nuevos adipocitos por lo que la zona inflamatoria se vuelva rígida y con mayor fragilidad capilar, por lo que es frecuente tener hematomas y/o varices.
El gran inconveniente de esta patología es que las dietas y el ejercicio no consiguen evitar ni resolver por sí solas el avance y proliferación de los adipocitos.
¿Cómo saber si tengo lipedema?
Para identificar si padeces lipedema, puedes prestar atención a estos puntos comunes:
Piernas hinchadas.
Si sientes las piernas con pesadez o hinchadas y acolchadas, pero no mejoran aunque las eleves, podría tratarse de lipedema.
Piernas con volumen desproporcionado.
Es común en esta patología que las piernas adquieran mucho volumen, pero las manos y pies sigan normales, e incluso el abdomen y los brazos permanecen con un volumen normal.
Dolor en la palpación.
Si notas dolor cuando alguien te agarra o se apoya en las piernas y sientes que la zona es más sensible que en el resto de las personas, podría ser síntoma de lipedema.
Dolor en reposo.
En algunos casos, es posible que notes dolor cuando estás en reposo y más aún cuando haces ejercicio, de tal forma que esto te impide hacer deporte, lo cual a su vez hace que te vuelvas más sedentario y aumente el problema.
Tienes tendencia a los hematomas.
Es frecuente que si tienes lipedema te encuentres hematomas en las piernas sin saber por qué te han aparecido.
Grasa dura.
Cuando la grasa de las piernas o brazos tiene una consistencia dura y notas que hay ciertos nódulos, también podría ser sospechoso de esta patología.
Herencia.
Si algún familiar, incluso por rama paterna tenía una situación similar, es posible que hayas heredado esta tendencia.
Cambio hormonal.
Si la acumulación excesiva comienza en la pubertad o con algún cambio hormonal, como un embarazo, la menopausia, uso de anticonceptivos, etc. podría ser un signo de lipedema.
No ves mejoría con una dieta.
Es normal que haciendo dieta se pierda volumen en la cara, pecho, torso y parte del cuerpo, pero en las piernas y/o brazos no se nota ninguna mejoría.
Si te identificas con algunas de estas características, lo más recomendable es que acudas a un especialista en lipedema para que pueda ayudarte a tratarlo. Ten en cuenta que el lipedema es una enfermedad poco conocida y peor diagnosticada, lo cual resulta muy frustrante.
Tratamiento del lipedema
Tratar el lipedema no es sencillo. Tratamientos como la liposucción o la lipomesoplastia pueden no ser válidos, ya que los adipocitos se vuelven a reproducir. Tampoco la dieta y el ejercicio por sí solos, son suficientes para acabar con el problema. Y es que esta patología no es exclusiva de personas con sobrepeso u obesidad.
Para ello te animo a que visites un médico especialista en lipedema y que aplique el tratamiento que mejor te convenga, pero junto a este tipo de tratamientos conviene llevar una dieta antiinflamatoria, como es el caso de la dieta cetogénica bien hecha. Además, la combinación de la dieta junto con el ejercicio son claves para el tratamiento exitoso de esta enfermedad.
Método Pronokal para el tratamiento del lipedema
A pesar de que la dieta no es el tratamiento curativo del lipedema, y de que el tejido lipedematoso no reacciona ante la restricción de calorías, lo cierto es que una dieta antiinflamatoria, baja en hidratos de carbono y normoproteica te reportará muchos beneficios. Seguir una dieta cetogénica bien hecha ayuda a disminuir el dolor, el peso, y la inflamación del tejido, a la vez que aumentan los niveles de energía y mejora la movilidad. Además, seguir una dieta cetogénica permite disminuir la ingesta de productos procesados.
Este tipo de dieta cetogénica, que se incluye dentro del Método Pronokal, se basa en la reducción de los hidratos de carbono y las grasas y un consumo adecuado de proteínas. Con la reducción en la ingesta de hidratos de carbono, obligamos al metabolismo a obtener la energía que necesita a través de la grasa almacenada, por lo que el organismo comienza a adelgazar.
Además de la dieta cetogénica, te voy a complementar tu plan con ejercicio físico y educación alimentaria que te permitirá aprender a comer mejor y llevar una vida saludable.
Aprender a comer, saber qué alimentos elegir y cuáles evitar de forma duradera y sostenible, te ayudará a mantener bajo control esta enfermedad de la que no conocemos el origen, pero sí sus síntomas y evolución.
Si quieres saber más sobre el Método Pronokal, y cómo te puedo ayudar a mejorar los síntomas de las enfermedades del tejido adiposo, como el lipedema, puedes contactar conmigo. Si lo deseas puedo atenderte en mi consulta online o presencial en Barcelona.
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